El extracto de hoja de Neem reduce los niveles de colesterol de manera significativa, en estudios recientes. El extracto alcohólico de hojas de neem redujo el colesterol sérico en un 30% a partir de dos horas después de administrar y mantener el bajo nivel durante cuatro horas hasta que la prueba terminó. (Chattopadhyay, et al, 1992).


El neem es una hierba segura cuando se usa en dosis bajas, beber una taza de té de neem durante un mes para estabilizar los niveles de colesterol puede ser recomendada.


Para aquellos que sólo necesitan pequeñas reducciones o para después de comer alimentos grasos excepcionalmente neem té como una copa después de comer puede ser una alternativa.


El colesterol es una sustancia orgánica de origen animal perteneciente al grupo de los esteroles que se encuentra bajo dos aspectos químicos: de forma libre en la bilis, el cerebro, los eritrocitos y el plasma, y de forma esterificada en pequeñas cantidades- en el plasma.


El colesterol puede tener dos orígenes: exógeno y endógeno. Es decir, lo ingerimos a través de la alimentación y lo fabrica el propio organismo mediante síntesis bioquímica.


El colesterol procedente de la alimentación se absorbe en el intestino y es eliminado preferentemente a través de la bilis. Durante ese tiempo está presente en los procesos que regulan la permeabilidad de la membrana celular, interviene en la absorción y transporte de las grasas, tiene la capacidad de inactivar algunas sustancias tóxicas y es precursor de la vitamina D y de distintas hormonas -como la aldosterona, la corticosterona y las hormonas sexuales.


El colesterol es transportado por el organismo asociado a las proteínas y formando un compuesto denominado lipoproteínas. Éstas se clasifican en función de su densidad: Las lipoproteínas de alta densidad o HDL ("colesterol bueno") son las encargadas de llevar al hígado el colesterol presente en los tejidos evitando su depósito y la posterior formación de ateromas.

Las VLDL, de muy baja densidad y que transportan su contenido hacia los tejidos donde serán utilizados. De su degradación nacen las LDL o lipoproteínas de baja densidad ("colesterol malo"), cuya función principal es la de servir de transporte para el colesterol hacia el interior de las células. Son las responsables de la formación de placas en la pared de las arterias (aterosclerosis), sobre todo en la aorta, las arterias coronarias, las renales y las cerebrales provocando la rigidez y estrechamiento de las arterias. Las consecuencias para la salud del exceso de colesterol son pues demoledoras y afectan a diversas funciones y órganos: pueden provocar aneurismas, infarto de miocardio, embolia, trombosis y accidentes cerebrovasculares. En determinadas patologías -especialmente en las enfermedades hipercolesterolemizantes (nefrosis, diabetes, hipotiroidismo, etc)-, las lesiones pueden tener un proceso más rápido.

QUÉ PODEMOS HACER


Además de seguir una dieta adecuada con la inclusión de alimentos que eviten el exceso de colesterol o sus consecuencias hay una serie de recomendaciones que son el pilar básico para su tratamiento y prevención. Son estas: Evitar el consumo de alimentos ricos en azúcares simples y harinas refinadas porque suelen ir acompañados de ácidos grasos "trans" y ácidos grasos saturados, todos altamente peligrosos para la salud arterial. Están presentes, sobre todo, en la bollería industrial, margarinas y fritos. Consumir alimentos ricos en fibra pues favorecen el descenso de los niveles de colesterol LDL (malo) sin reducir con ello el colesterol HDL (bueno).

Realizar el ejercicio físico adecuado para cada edad y estado. Se ha demostrado que favorece el aumento de los niveles de colesterol bueno.


Tratar de mantener un peso adecuado.


Aumentar el consumo de cereales integrales. Además de ser ricos en fibra son una buena fuente de ácido linoléico.


Reducir o eliminar -si procede- el consumo de carne y los embutidos, sobre todo la grasa. La ingesta de colesterol no debe nunca superar los 300 mg/día.


Evitar el exceso de sal porque su consumo favorece la arteriosclerosis.


Evitar o limitar las bebidas alcohólicas y el café.


Evitar la leche entera, los quesos curados, la nata, las cremas de leche, el aceite de coco o palma, el chocolate y las salsas ricas en grasas no recomendables.

Evitar la ingesta de la llamada "comida basura".


Y recuerde, por último, que el tabaco disminuye los niveles de "colesterol bueno" dañando las arterias.


ALIMENTOS BENEFICIOSOS


AVENA.
Contiene una sustancia denominada betaglucano, una fibra que interfiere en la absorción y la producción de colesterol.


JUDÍAS SECAS Y OTRAS LEGUMINOSAS.

Utilizadas de forma regular y repartidas a lo largo del día tienen efectos beneficiosos sobre el colesterol. Las leguminosas contienen más de seis compuestos que combaten el mismo. Varias investigaciones han demostrado que la soja es la más eficaz en estos casos.


AJOS.
Reducen la agregación plaquetaria y la posible formación de trombos; la sustancia responsable es la alicina. Evita la oxidación de las lipoproteínas, es un buen vasodilatador y favorece la disminución de la presión arterial.


FRUTOS SECOS.
Son especialmente interesantes las nueces y las almendras. Contienen ácidos grasos insaturados, vitamina E y antioxidantes.


AGUACATE.
Contiene ácidos grasos monoinsaturados y vitamina E. Es una buena grasa que puede ser utilizada para reducir los niveles de colesterol


FRESAS.
Son buena fuente de vitamina C, vitamina E y otros antioxidantes.


MANZANAS.
Son ricas en pectina, una fibra soluble que favorece la eliminación del colesterol.


TORONJA.
Contiene una fibra soluble denominada ácido galacturónico que no solamente ayuda a eliminar el colesterol circulante sino que cuando ya existe una placa puede ayudar en su disolución.


ZANAHORIA.
Ayuda a disminuir el colesterol "malo" y a aumentar el "bueno".


UVAS.
Son altamente depurativas y favorecen la disminución en sangre del colesterol.

ALIMENTOS RICOS EN ÁCIDOS GRASOS OMEGA-3.


Son "grasas buenas" que, además de transportar vitaminas liposolubles, disminuyen los niveles de colesterol y triglicéridos reduciendo así la posible formación de coágulos.


SUPLEMENTOS NUTRICIONALES


VITAMINA C.
De demostrada eficacia para reducir los niveles de colesterol, sobre todo si va combinada con bioflavonoides.


VITAMINA E.
Es una vitamina asombrosamente poderosa frente a las enfermedades cardíacas aunque también juega un papel fundamental como antioxidante.


COMLEJO B.
Necesario para el metabolismo de las grasas e importante para eliminar y frenar los daños causados por la homocisteína, una sustancia altamente peligrosa que causa daños en las paredes arteriales.


COBRE.
Su deficiencia esta asociada a niveles altos de colesterol.


CROMO.
Tiene la capacidad de reducir los niveles de "colesterol malo" y aumentar los del "bueno".

MAGNESIO.
Coadyuva en la limpieza de los vasos sanguíneos y mantiene normalizada la tasa de colesterol.


COENZIMA Q10.
Evita que el colesterol se oxide causando daños en las paredes arteriales. Es muy recomendable para las personas aquejadas de enfermedades cardíacas graves. También lo es en pacientes que toman medicación para rebajar el colesterol como la lovastatina pues ésta interfiere en la producción de esta coenzima.


OMEGA-3.

Tomado en cantidades adecuadas tiene efectos muy beneficiosos sobre las enfermedades cardiocirculatorias y reduce el colesterol y los triglicéridos.

GENISTEÍNA.
Esta sustancia es una hormona vegetal contenida en la soja. Está demostrado que su consumo reduce la concentración en sangre de colesterol y triglicéridos.

Por último, recuerde: la forma de administrar los complementos así como la personalización de la dieta debe ser siempre supervisada por un profesional de la salud.

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DM 2 a cuidarnos

DM 2 a cuidarnos
Si una persona se alimentara correctamente desde la infancia se evitaría el 67 % de la enfermedades

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La clave del éxito. Las personas tienen que conocer que cuando se inicia un plan alimentario especial no sólo es importante el número de calorías, cantidad y calidad de la misma, sino aplicar ciertas normas a la hora de comer:
Relajarnos, no discutir, no llegar bajo tensión a comer, disponer el tiempo suficiente (mínimo 30 minutos), beber suficiente cantidad de líquidos, incorporar en la dieta proteínas de origen animal (pescado, aves y carnes rojas), legumbres, verduras y hortalizas de estación, frutas variadas, en otras palabras disfrutar de la comida, nunca será efectiva una dieta que no sea sabrosa.